La semana pasada salto a
la luz el anuncio de Telefónica de recortar su plantilla en España
en un 20% y eso a pesar de haber obtenido un beneficio neto récord
de 10.167 millones de euros, lo que significa un 30,8% más que en el
año 2009. Además espera incrementar esa cifra en un 2% para este
año y promete un incremento en sus dividendos en los próximos tres
años, llegando a alcanzar 1,75 € por acción. Como contra la
división española “tan solo” obtuvo 6.511 millones de euros,
arrojando un 14% menos de beneficios que en 2009.
Señoras y señores, este
es nuestro país y así son nuestras empresas, o lo que queda de las
empresas que un día nos pertenecieron. Esto es lo que sucede cuando
se privatizan empresas nacionales para engordar las cuentas del
estado durante uno o dos años, a cambio de vender el futuro de los
trabajadores de la misma y a fin de cuentas, de subastar al mejor
postor las empresas que pertenecen a todos los españoles.
No solo resulta ilógico
que una empresa decida desprenderse de 5.600 trabajadores de los
28.000 empleados que tiene en su actualidad aún cuando ha conseguido
el superávit anual más alto jamas obtenido por una empresa en
nuestro país; sino que además la forma de hacerlo sera mediante un
ERE, lo que significa que todos los contribuyentes vamos a pagar
parte de las indemnizaciones que van a tener que pagar a todos los
futuros parados.
Esto último es lo que
raya la incoherencia más absoluta y lo peor de todo es que no sería
la primera vez que Telefónica se surte de las arcas públicas para
satisfacer sus necesidades, ya paso en 2008 con un ERE que afecto a
700 trabajadores.
Pero en fin, supongo que
no pasara nada a pesar de la hipocresía mostrada por César Alierta,
presidente de la compañía, tras reunirse hace tres semanas junto a
otros grandes empresarios con Zapatero, para tratar de encontrar
posibles salidas a la crisis y formas de crear empleo. Pues al
parecer no le quedo muy claro como generar empleo, más bien todo lo
contrario.
Y lo malo es que al
parecer se trata de una especie de virus empresarial, que afecta a
todas aquellas grandes empresas que no admiten ni un solo céntimo de
disminución sobre su rendimiento de años pasados; no se que pasaría
si en vez de recoger ganancias hubieran obtenido perdidas en alguno
de los últimos ejercicios, realmente da miedo pensar de lo que son
capaces nuestros jefes con tal de amasar hasta la última peseta.
Ahora queda en nuestras
manos seguir engrosando la lista de usuarios en sus redes o por el
contrario pasar a formar parte de todos los que hace tiempo nos dimos
cuenta del engaño y robo continuo al que nos somete Telefónica.
Se que muchos pensareis y
yo también lo hago, que si todos nos damos de baja estaríamos dando
razones para aumentar aún más la lista de despidos, si bien puede
ser cierto, es la única medida que nosotros podemos tomar para darle
donde más les duele, en los beneficios, y porque como se ha visto no
es solo cuestión de la cantidad de fruto que recojan.
A fin de cuentas siempre
podemos volver a crear una nueva empresa para poder privatizarla
después, porque como dice el refrán, el hombre es el único animal
que tropieza dos veces con la misma sanidad; perdón, con la misma
piedra.
Saludos sensatos.
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