De vez en cuando me
pregunto por que gasto mi tiempo en escribir estos artículos, en
participar en algunos foros, en comentar noticias en diarios
electrónicos, en discutir conmigo mismo por el tiempo que invierto
en estas labores; incluso en ocasiones sientes que no vale para nada
y que todo queda como un grito sacado desde mis entrañas y liberado
a su antojo en un desierto sin vida que recepcione el mensaje. Sin
embargo, algo en mi interior me prohíbe seguir guardando mis
pensamientos y aunque solo sea por desahogo vuelvo a cumplir con mi
oficio y piedra a piedra voy levantando el muro de mi mensaje.
Y es que uno no tiene más
que ver las noticias o vislumbrar la realidad que tenemos y la que
nos llega para darse cuenta que ni por asomo estamos en una sociedad
de bienestar ni mucho menos disfrutamos de la libertad de las que se
nos hace poseedores.
No quiero daros la brasa
con pensamientos profundos ni idearios seudopolíticos, tampoco
pretendo sacaros de vuestra ensoñación más profunda lanzándoos
una jarra de agua fría, pero si verdaderamente os quema lo que veis
y como a mi os llega a dar vergüenza de la sociedad que nos han
montado, claro está con nuestro permiso. Os traigo un video que
aunque siendo del año 1999, se puede trasladar perfectamente a la
actualidad.
Si habéis visto el video
al completo espero que aunque no fuerais votantes de Izquierda Unida
o fuera la primera vez que escuchais a Julio Anguita, os haya hecho reflexionar, que al menos haya sembrado la duda de qué
es realmente lo que esperáis en la vida; que dejando de lado
nuestras raíces ideológicas sepamos leer entre líneas tan tremendo
discurso que al menos a mi, me hace pensar y sobre todo, me anima a
seguir escribiendo.
Saludos sensatos.
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