Una vez en el hospital,
la enfermera se equivocó con mi expediente: la mujer tenía 66 años
y ya solo pensaba en la ricura de sus nietos y en no poder dedicarles
más tiempo. Me operaron de urgencia y al médico, otro casi
septuagenario, se le cayó la dentadura dentro de mi pecho abierto.
Afortunadamente ya estoy bien. Tengo 35 años y podría realizar
cualquier trabajo si no fuese porque estoy en el paro y en el INEM me
dicen que no hay nada para mí."
Texto de A.R. Sacado del
diario 20minutos del Miércoles 2 de Febrero de 2011
Si mis padres, hubieran
leído esta historia en su juventud sabrían a ciencia cierta que se
trataba de ficción, pero como suele pasar, la realidad supero la
ficción, y tan solo tendremos que esperar al año 2027 para que
todos tengamos como edad de jubilación los 67 años. Espero que para
entonces la tasa de paro al llegar a esas edades haya descendido,
porque sino me temo mucho que mis últimos años de actividad laboral
se verán abocados a estar en el banquillo del INEM, a la espera de
un trabajo que nunca llegara por lo que mi cuantía a cobrar por
jubilación se vera mermada considerablemente, aún así no pierdo la
ilusión y trabajare duro todos los años que me quedan para pagar mi
abultada hipoteca que aún así terminare de pagar después de
jubilarme.
Mis padres posiblemente,
mejor dicho con total seguridad, se habrían echado a la calle a
protestar, a recibir palos de la policía si fuera necesario, en post
de un futuro mejor, donde nuestras pensiones no se vieran recortadas
ni la de sus hijos, esos hijos que ahora se quedan cómodamente en el
sofá, esperando que salga Belén Estaban en la tele para aplaudir
sus sandeces televisivas, todo mientras venden su futuro y el de sus
hijos al peor postor.
Una vez más, la dejadez
actual sirve de autopista para que propuestas de este tipo salgan
adelante, todo mientras los bancos y empresas privadas reciben dinero
publico para solventar su situación, dinero que sale de nuestros
impuestos y que con total seguridad cubrirían las pensiones
venideras sin ningún problema, pero siempre es mejor que sigamos
pagando nosotros los errores de terceros, aquellos que te exprimen
cual limón en lo laboral y lo económico, a sabiendas que nuestras
preocupaciones solo pasan por el circense mundo del corazón y el
fútbol, y es que ya se sabe al pueblo dale pan y circo.
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