Parece mentira lo que
estamos viviendo durante los primeros meses de este año, porque
quien diría que un alzamiento popular iba a acabar con los 23 años
de gobierno de Ben Alí en Túnez o los 30 de Hosni Mubarak en
Egipto. Al parecer la gente de aquellos lares decidió que estaba
hasta la coronilla de tanta corrupción y de tanto tiempo de opresión
gubernamental que no dejaba expresar la más mínima inquietud sobre
su situación, ni mucho menos sobre sus dirigentes.
En España, llevamos
treinta y tantos años de democracia, teorías conspirativas aparte;
sin embargo, más de medio centenar de países se hallan actualmente
bajo autocracias o sistemas cuasi dictatoriales. Es posible que para
casi la mitad de nosotros la dictadura solo signifique un tema
estudiado en los libros de historia, pero eso no quita que la
realidad que viven en Angola, Arabia Saudí, Argelia, Bielorrusia,
Azerbaiyán, Bhutan, Brunei, Burkina Faso, China, Corea del Norte,
Burundi, Camerún, Cuba, Egipto, Chad, Congo, Emiratos Árabes
Unidos, Eritrea, Irán, Madagascar, Guinea, Guinea Ecuatorial,
Malasia, Marruecos, Kazakstán, Kyrgyzstan, Níger, Nigeria, Laos,
Pakistán, Libia, República Democrática del Congo, Mauritania,
Myanmar, Rwanda, Siria, Nepal, Omán, Somalía, Swazilandia, Sudán,
Tailandia, Túnez, Uganda, Turkmenistán, Uzbekistán, Zimbabwe,
Vietnam y Yemen sea parecida o igual a la vivida en nuestra nación
después de la guerra civil.
Algunos de estos pueblos
han despertado en su particular 23F, pero en este caso Tejero deja de
ser guardia civil y pasa a ser la población, la que echándose a la
calle, con bandera y piedra en mano, reivindica un cambio necesario
de rumbo. Esto ha desencadenado en un movimiento social que ha
despertado la inquietud de muchos otros, llevando a antiguas tiranías
al final de sus días. No obstante, les queda aún mucho camino por
recorrer y mucha sangre que derramar para llevar a término su
anhelada libertad.
Pero como siempre,
existen dobles lecturas y movimientos de ajedrecista que te hacen
pensar en lo paradigmático de la tesitura que desde la lejanía
observamos.
En primer lugar, quiero
mostrar mi total disconformidad con la postura mostrada por el resto
de países mundiales, de nuevo se os ha visto el plumero; y es que lo
que hace tres meses era bueno, no puede pasar a ser mediocre o
trasnochado porque no interese mostrar otra cara a la opinión
pública. Y si verdaderamente piensan que esos “presidentes”
sobran, no valen medias tintas ni palabras de apoyo al pueblo que se
vate en lucha, deben ayudar logísticamente a que prevalezcan las
decisiones de esos ciudadanos, como si de apoderarse de pozos
petrolíferos se tratara.
Y es que resulta
paradójico que cuando por negocio puro y duro se trataba, buscaban
cualquier escusa, como por ejemplo búsqueda de armas de destrucción
masiva. Se mandaban cantidades ingentes de militares para atropellar
cualquier país, aunque tuvieran que matar a millares de personas,
daños colaterales decían. Pero cuando es la gente quién pide el
cambio y sale a la calle, sirve la callada como única respuesta por
parte de nuestros presidentes, expectantes en ver que rumbo toman las
cosas para luego pronunciarse; panda de hijos de puta.
Hipocresía y más
hipocresía, por eso desde aquí mando mi mensaje de apoyo a todos
aquellos que luchan por su libertad, pero también, mando mi mensaje
de aviso para que no se dejen engañar como lo estamos nosotros.
Creemos vivir en libertad y por el contrario permanecemos atados de
pies y manos, eligiendo cada 4 años a nuestros flamantes presidentes
para que nos dirijan como un rebaño de ovejas hacía donde sus
intereses señalen, en definitiva, una forma moderna de dictadura
parlamentaria.
Espero no obstante
impacientemente el desenlace de los hechos y el enlace de otros
nuevos ¿Saltara la revolución a China? ¿A quién apoyaran entonces
los demás países? ¿Pasara lo mismo en Grecia o Irlanda? ¿Sera la
subida del petroleo el desencadenante de nuevos conflictos en países
democráticos? En fin, quizá los Mayas tuvieron la respuesta y
nosotros deberemos esperar a 2012 para averiguarlo.
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