“Pedimos vuestra
colaboración” y como si del dicho de todos a una se tratara,
Fuenteovejuna baja su velocidad de circulación 10 Km/h para en
teoría calmar la sed de petróleo que tiene nuestro país. Podríamos
pensar que se trata de otra artimaña más para engordar las arcas
del estado con la supuesta proliferación de multas por exceso de
velocidad que seguramente nos va a traer esta nueva ley.
Por mi parte no creo que
se trate de esto último, sino más bien una medida improvisada a la
vista del precio que últimamente está alcanzando el petróleo. Sin
embargo dudo mucho de su eficacia, porque al menos yo, no he notado
ninguna bajada en mi factura al llenar el depósito, más bien todo
lo contrario, sigue en su escalada ascendente que no tiene visos de
cambiar.
Porque como casi todo en
esta vida, llega tarde, mal o nunca; sobre todo si se trata de
medidas tomadas con la rapidez de la hormiga atómica, por lo menos
ésta nunca tuvo que bajar su velocidad de vuelo. Y es que como dijo
nuestro vicepresidente Rubalcaba, España es un país con una factura
energética muy grande, ya que casi el 100% de la energía la
exportamos de terceros.
Ésto me lleva a pensar
por qué hemos de esperar hasta el último momento para hallar
soluciones a un problema histórico en nuestra península. Y aquí la
lista de culpables se extiende desde el actual presidente hasta al
menos Adolfo Suarez, todos dentro de la fase democrática de nuestro
país.
Y ya puestos a tomar
medidas paliativas con carácter esporádico, podían haberse
planteado una rebaja de los impuestos que gravan el combustible,
siendo ellos quienes asumieran parte de la responsabilidad de no
haber hecho bien los deberes. Sin embargo y como suele pasar, esta
responsabilidad termina recayendo sobre los hombros de los
contribuyentes, quienes una vez más deben hacer malabares con sus
pequeños sueldos para llegar a fin de mes.
Fijaos lo sencillo que
habría sido empezar a cambiar todas las luminarias de carreteras,
vías públicas y propiedades de todos los edificios oficiales hace
cinco años por bombillas de tipo led, lo fácil que habría sido
temporizar o colocar sensores de presencia en los mismos lugares.
Podrían haber subvencionado su instalación en centros de trabajo y
viviendas privadas, así como haber fomentado la compra de vehículos
híbridos.
Montones de ideas y
fórmulas que se me ocurren y que están, estaban y estarán al
alcance de nuestros gobernantes, que sin embargo se dedican,
dedicaban y dedicarán a pasarse la patata caliente. Tan solo nos
queda esperar a que cuando llegue el verano, el conflicto árabe se
haya solucionado, de manera que baje el precio del petróleo.
De no ser así, supongo
que tendremos que ir haciéndonos a la idea de circular a 100 o 90, o
directamente no circular, que seguramente son medidas mas acordes con
los gabinetes de crisis de nuestro país. Espero no obstante, que a
alguno de los que forman estos gabinetes, se le haya ocurrido la
feliz idea de empezar a darle vueltas en su pequeño cerebro, a la
manera de disminuir nuestra factura energética sin ser
imperativamente a costa del esfuerzo del ciudadano.
Por último comunicar a
todo aquel que lo desee, la existencia de una concentración este
Sábado día 13 de Marzo a las 11 de la mañana en la Puerta del Sol
de Madrid, convocada por el Movimiento140, quienes consideran que la
medida aprobada por el Consejo de Ministros para reducir los límites
de velocidad es la gota que colma el vaso de la paciencia de millones
de conductores, hartos de pagar impuestos por sus vehículos, por los
combustibles (y por su elevado precio) y acosados a multas por la
DGT, que en sólo seis años ha multiplicado por cuatro sus ingresos
por este concepto.
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