El pasado 23 de febrero,
los grupos parlamentarios de PSOE
y PP confirmaron en el Pleno del Congreso de los Diputados su rechazo
a tramitar una proposición de ley de IU e ICV que reclamaba cambiar
la legislación hipotecaria para obligar a las entidades a aceptar
que con la entrega de la vivienda sea suficiente para cancelar el
préstamo.
Así es como cuidan
nuestros dos partidos mayoritarios de las necesidades y peticiones de
sus votantes, los bancos, y es que una vez más, parece ser que las
entidades financieras son las que regulan nuestro devenir a su
antojo. Y todo esto sucede mientras los contribuyentes han aportado
miles de millones para salvar a bancos y cajas de su mala situación
económica.
En el lado opuesto se
sitúan varias organizaciones sociales y plataformas de afectados,
que van a iniciar próximamente una campaña de recogida de firmas
para presentar en el congreso una iniciativa legislativa popular que
regule la situación y admita al fin la dación de vivienda como
forma de liquidación de hipoteca, lo que ayudaría a evitar los
casos de exclusión social y financiera que actualmente se están
multiplicando debido a la regulación vigente.
Recordemos no obstante,
que la legislación hipotecaria actual cumple 150 años, durante los
cuales no ha sido retocada en sus aspectos fundamentales, lo que nos
deja entrever la necesidad de modernizar adecuadamente dicha ley, que
se ha cobrado ya más de medio millón de embargos en los últimos
cuatro años.
Está claro por tanto,
por lo menos bajo mi punto de vista, que la ley que regula los
prestamos hipotecarios debe de cambiar; no debemos olvidar tampoco
las famosas clausulas “suelo” que se pusieron de moda en los
últimos años del apogeo inmobiliario y que todavía hoy arrastran
miles de familias, incluso todavía existen bancos que siguen con
dicha practica, eso si, en la letra pequeña.
Esto demuestra una vez
más, que el super implantado sistema bancario mueve los hilos de
nuestra sociedad a modo de títere sin cabeza, puesto que nosotros no
hacemos más que caer en sus redes una y otra vez con la triste
escusa de que no se puede cambiar. Si bien admito que es cierto que
el cambio es complicado y llevaría una ardua tarea de lucha
incesante, también comprendo que es necesario y de obligado
cumplimiento el intentar llevar a nuestra sociedad por otros
derroteros que los que ahora nos afligen.
Volviendo al tema
principal, me gustaría saber porque en su momento los bancos daban
créditos hipotecarios por importes muy superiores a los valores
reales de los inmuebles, es más, en muchos de los casos se los
concedían a personas que ostentaban un alto indice de riesgo. Puede
ser que el afán por esquilmar aún más las ya de por si
maltrechadas cuentas de los ciudadanos empujara a los bancos “sin
ellos querer” a otorgar esas hipotecas, a sabiendas casi con total
seguridad, que en algún momento las casas pasarían a su posesión.
Y entonces no deberían
los jueces pensar en quien tiene la culpa de la situación, ¿no
debería el banco acarrear con su fallo a la hora de valorar el
inmueble?; si bien el ciudadano también peco de ingenuo al pensar
que aquellos momentos de progreso económico imparable iban a durar
para toda la vida, tendrían que ser los bancos quienes admitieran su
error y concienciarse que no siempre se gana.
Pensar también en que
hubiera pasado si los bancos en vez de facilitar esos prestamos,
hubiesen tasado correctamente las casas, seguramente esto habría
ayudado a contener los precios de las viviendas, cosa que para nada
interesaba a las corporaciones bancarias; a menor deuda menores
ingresos para la entidad, con lo que para mi queda bastante claro
quien fomento todo lo que ahora acarreamos por lo que deben ser ellos
quienes paguen el error.
0 comentarios:
Publicar un comentario